Apresúrate despacio, que estos días no te esperan, que este eterno presente no les mostrará clemencia, para aquellos que, realistas, han pedido lo imposible, para nuestras simples complicaciones, para nuestras cicatrices.
Apresúrate despacio, que hoy me encontré perdido. Hoy he de romper el tedio, su pacto sin compromiso. Hoy creo estar seguro de poder sobrevivir a esta muerte, de romper esta cadena que me abraza, de una tregua permanente. 
Descansa mi bien, sin prisas; tú duerme, yo cebo el mate. 

La distancia y el amor tienen esa costumbre de mezclar el placer con las ganas de sufrir.

No hay comentarios:
Publicar un comentario