jueves, 8 de marzo de 2012

Mujer

Mezclo tan desiguales ingredientes, formo a la mujer y se la dio al hombre. 

Después de una semana, vino el hombre y le dijo: 
Señor, la criatura que me diste me hace desdichado, 
quiere toda mi atención, nunca me deja solo, 
charla incesantemente, llora sin motivo, 
parece que se divierte al hacerme sufrir y vengo a devolvértela porque no puedo vivir con ella! 

Bien, contesto Dios y tomo a la mujer. 

Paso otra semana, volvió el hombre y le dijo: 
Señor, me encuentro muy solo desde que te devolví 
a la criatura que hiciste para mi; 
ella cantaba y jugaba a mi lado, 
me miraba con ternura y su mirada era una caricia, 
reía y su risa era música, 
era hermosa a la vista y suave al contacto. 
Me cuidaba y protegía cuando lo necesitaba, 
me daba dulzura, ternura, 
comprensión y amor sin condiciones, 
por favor Dios, devuélvemela, 
porque no puedo vivir sin ella! 




Ya veo, dijo Dios, ahora valoras sus cualidades
eso me alegra mucho, claro que puedes tenerla de nuevo, 
fue creada para ti, pero no olvides cuidarla, 
amarla, respetarla y protegerla, 
porque de no hacerlo, 
corres el riesgo de quedarte de nuevo sin ella.

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